Javi, malaconsejado por Leo, Maxi y Coque, contrata finalmente a un “matón”, que resulta ser un individuo poco profesional que se equivoca de víctima en repetidas ocasiones.
Procedente de Irlanda, Álvaro, el hijo adolescente de los Recio, entabla amistad con Fran, el vástago de Enrique y Araceli. El joven, considerado por su familia como un modelo de rectitud, sale de fiesta con su nuevo amigo. En el transcurso de la velada nocturna, el chico sugiere a Fran fingir su propio secuestro para sacar así dinero a sus padres.
Mientras tanto, Goya descubre que su vivienda tiene menos metros cuadrados de los escriturados y eleva su queja a la constructora. Ante la falta de soluciones de la compañía, la madre de Javi decide recuperar los metros que le faltan a su piso instalando un armario en el rellano. Esta iniciativa provoca un enconado conflicto con Amador y Maite.
En plena guerra psicológica con su suegra, Lola busca una asistenta del hogar para así no tener que depender tanto de Goya. Tras poner un anuncio, las únicas interesadas son Izaskun y Mari Tere, que buscan un lugar en el que pasar el día en el horario en el que el piso piloto permanece abierto al público. Poco después, Lola descubre que las dos mujeres desarrollan en su hogar otro tipo de actividades.
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